Alientos en la Lluvia

Alientos en la Lluvia

viernes, 14 de junio de 2013

Entre dos sueños


Nosotros, seres luminosos somos.

Nadie nos entiende, nadie nos comprende, estamos al margen, especiales tan especiales somos,
tanto tanto que nos caemos, nos caemos, sin fin, sin choque que nos destruya, nos perdemos,
me pierdes, te pierdo.

¿Fuiste tú quien me trajo hasta aquí, fui yo?
Me duele más la espalda, no soy el mismo, cariño perdido mío. Me postro junto al calendario, y le reconozco como enemigo más poderoso.
Fue hace mucho tiempo. Pretendimos algo, no sé muy bien el qué, ¿sabes?

Incluso te miro esta tarde, tan cerquita de mí, jugando una de tantas veces entre nosotros, y,...esa sonrisa tuya, esa piel tersa, sonrosada, que es capaz de ruborizarse..¿se trató de ti?
Y caigo, caigo con error de viejo incipiente. No, no, mil veces no.
Recién llegada, has de disculparme. He depositado en ti un credo, muchas noches de pensamientos, los últimos instintos del deseo. Creerme niño mientras patino en el lodazal turbio sin fin que me lleva de aquí, muy lejos.
He de asegurarme que errar es mi prerrogativa, es preciso. Abjuraré de ti, prometeré que nunca podré amarte, mujer que suplantaste imágenes, que mentiste entre suspiros a mi corazón que se desmaya.

Aún puedo escabullirme de respirar este presente que me tolera, al que yo no consiento aunque me de estos aires de supervivencia.
Aún esta pervertida noche de primavera he podido volver a donde estuvimos juntos.Sí, tú, la mujer verdadera. Escucha tú y nadie más.
Las manos, tus manos, el color diluído de las formas, la ausencia de todos los sonidos. No les esperamos aquella noche,
¿Recuerdas? No hicieron falta.

Ayer, el otro día en realidad, me doliste una otra vez. ¿Fuíste tú? ¿Eras el pasado, eres la chiquilla del presente que nada puede entender?
No, no era engañarme rozando tus formas, aparentando distracción, prometiéndote que yo ya soy de los que no sienten nada.
Era tan sólo una mentira, sólo traición, que aún deben quedar para mí.
Y caigo. Caemos. No bien sé si somos realidad o recuerdos. Si ya estoy destruido y tu me das tan sólo unas caricias de clemencia.

Qué engaño este de los dos. Jugamos un poco a que andamos desatinados, a que no habrá manera de ajustar pasado y presente.
Pretendemos en esta noche de imaginación y de todo es posible que no llegará un año lejano en el que estos instantes sean polvo miserable, sean viento, sean palabras inútiles para mejor lenguaje,
el nuestro...

Siento tu energía, y una lágrima resbala suicidándose desde tus ojos medio abiertos. Es infrecuente, no me abrazas, ahora lo haces. ¿Quién eres?
¿Te has dado cuenta, ahora que ya todo se pierde como se pierde?
Adiós, pasado, adiós, presente.